Deuteronomy 4:1-2, 6-8. Psalm15:2-3,3-4,4-5. James 1:17-18,21b-22,27. Mark7:1-8, 14-15, 21-23.
Be doers of the Word, not just hearers.
Victim number one Fr. Mychal Judge OFM, from the fallen Towers of September 11, 2001. A Recovering Addict, Gay and chaplain of the NY City Fire department, Fr. Judge did not just hear the Word of Truth, he was a doer. Despite what some would say were his “sins”, it did not stop him from practicing the Word of Truth. He entered the North Tower to pray with and for those trapped inside, gifting his life in prayer.
For last Sunday’s celebration, many of you gave your life -Doers of the Word. For days and days of time, you did simple, ordinary things that became part of a great thing, that is part of a long story, which is the Word of Truth: “All good giving and every perfect gift is from above.”
As you humbly welcome the Word that has been planted in each of us, that Word is able to save your soul.
To save souls.
All around us and within us we see the poisoned fruit of souls on the road to hell maybe; to heaven maybe. The ravenous walking undead. Social Media Zombies. Wolves of Wallstreet. Cyber succubae, suicidal, bullied, homicidal, lonely.
But we are doers of the Word of Life. May the prayer of Fr. Mychal Judge, be our prayer:
Lord, take me where You want me to go; Let me meet who You want me to meet. Tell me what You want me to say. And keep me out of Your way.
Sean hacedores de la Palabra, no solo oyentes.
La víctima número uno fue el padre Mychal Judge OFM, de las Torres caídas el 11 de septiembre de 2001. Adicto en recuperación, gay y capellán del departamento de bomberos de la ciudad de Nueva York, el padre Judge no solo escuchó la Palabra de Verdad, sino que fue un hacedor. A pesar de lo que algunos dirían que eran sus “pecados”, eso no le impidió practicar la Palabra de Verdad. Entró en la Torre Norte para orar con y por los atrapados en su interior, donando su vida en oración.
Para la celebración del domingo pasado, muchos de ustedes dieron su vida: hacedores de la Palabra. Durante días y días, hiciste cosas simples y ordinarias que se convirtieron en parte de una gran cosa, que es parte de una larga historia, que es la Palabra de Verdad: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto”.
Al acoger humildemente la Palabra que ha sido plantada en cada uno de nosotros, esa Palabra es capaz de salvar tu alma.
Para salvar almas.
A nuestro alrededor y dentro de nosotros vemos el fruto envenenado de las almas en el camino al infierno tal vez; al cielo tal vez. Los muertos vivientes ambulantes voraces. Los zombis de las redes sociales. Los lobos de Wall Street. Los súcubos cibernéticos, suicidas, acosados, homicidas, solitarios.
Pero nosotros somos practicantes de la Palabra de Vida. Que la oración del Padre. Michal Judge, sea nuestra oración:
Señor, llévame donde Tú quieres que vaya; déjame encontrarme con quien Tú quieres que encuentre. Dime lo que quieres que diga. Y no dejes que me interponga en tu voluntad.
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